El sacerdocio es un don, un regalo; pero no para mí. Es un don de Dios para la Iglesia. Por el amor que Dios tiene a su Iglesia, ha querido regalarle un servidor. Y ese servidor es el sacerdote, soy yo. Él me ha elegido para ser regalo suyo para la Iglesia. El motivo de esta elección es el amor que Él siente por su Iglesia. 32 páginas
Largo: 21 cm
Ancho: 13 cm