Todo ser humano tiene sed de Dios; por lo mismo, tiene una vida espiritual. En este libro, el padre Manuel nos ofrece varias pistas para que esa vida espiritual –en especial la del laico– pueda denominarse cristiana, y sea una vida madura y fecunda. Un libro útil para quien ha decidido seguir a Jesucristo, y para quienes acompañan a otros en su camino espiritual. 224 páginas
Largo: 20.5 cm
Ancho: 13.5 cm