En nuestra relación con Dios, el cuerpo es esencial; pues Dios se comunica con nosotros, y no solo con nuestra alma. Por eso <<se hizo carne>> (Jn 1, 14). <<Lo hemos tocado con nuestras propias manos>> (1Jn 1 1), dirá asombrado San Juan. 80 páginas
Largo: 20 cm
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